(cc) Alberto R. Salas |
El ruiseñor del bosque
me enseñó su canción...
(¡Es un secreto a voces
que el viento se llevó...!)
¿Qué fiesta de calandrias
hay en el campo en flor...?
Si el trigo no lo sabe
¿voy a saberlo yo...?
El ruiseñor del bosque
me enseñó su canción...
¿Quieres que te la cante
cuando amanezca Dios...?
Nuestra amiga la fuente
¿por qué no canta hoy...?
¿Porque ha quedado viuda...?
¿Porque perdió la voz...?
Y el grillo, desde lejos
contesta en "si bemol":
"¡si el viento no lo sabe,
lo sabe el ruiseñor...!"
Cigarra, mi vecina:
¡componme un madrigal!
¿Hay que ser todo ritmos
y cantar... y cantar...!
¡Cantar en la alegría!
¡Cantar en el dolor!
¡Hacer un ritmo eterno
de nuestro corazón...!
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Volcó el ciprés inmóvil
sus ánforas de luna
en el hueco caliente
de mis manos desnudas...
"¡Bebe --me dijo-- bebe
para saciar tu sed...!
¡Y me bebí la luna
como quien bebe miel...!
¡Borrachera de luna
es la que tengo yo...!
¡Qué haré con tu tristeza
de siglos, corazón...?
...Y desde el viejo chopo
la alondra me gritó:
"¡vamos a hacer el ritmo
de la eterna canción...!"