(cc) Miguel Angel Garcia |
Primavera: ¡Ya sé
que tus rosas son falsas!
Yo te gocé con la inconsciencia
pura de toda vida incauta,
sujeta al sacrificio ineluctable
del beso y de la lágrima…
¡Pero ya te conozco…
y ni tus rosas,
ni tu fragancia,
ni tu sexo,
me engañan…!
Como toda mujer, tienes por fuera
la lúbrica atracción auri-rosada
de tu pulpa incitante;
¡pero en lo más profundo de la
entraña ocultas tu ponzoña,
como una daga…!
Mujer abstracta,
con Eva te haces múltiple
y te das en manzana con
lúbricos abrazos de serpiente
encantada; ¡pero tu beso tóxico
mata más que tu lágrima!
Primavera: ¡ya sé que
tus rosas son falsas!
¡Es inútil que quieras
engañarme con tus
múltiples caras!
Yo vengo con mi otoño,
precedido de ráfagas
como látigos cruentos,
a flagelar tus ramas
y a dejarte desnuda
con tus míseras lacras,
¡inexpresiva, inatractiva,
inútil, estéril, domeñada…!
Yo vengo con mi otoño,
precedido de rachas,
a extinguir en tus labios
la atracción de su llama;
…¡porque tu beso tóxico
mata más que tu lágrima…!