(cc)rvcroffi |
Ya mi galera de plata
está a la orilla del mar,
anclada con ancla de oro
y lista para zarpar…
está a la orilla del mar,
anclada con ancla de oro
y lista para zarpar…
Mañana, cuando
amanezca,
y el viento empiece a soplar,
en mi galera de plata
yo me tengo que embarcar…
y el viento empiece a soplar,
en mi galera de plata
yo me tengo que embarcar…
Sonriendo junto al
mástil,
con una sonrisa audaz,
clavaré mis ojos tristes
en la azul inmensidad…
con una sonrisa audaz,
clavaré mis ojos tristes
en la azul inmensidad…
Y me dirán los
amigos,
al ver mi temeridad:
---¿Qué loca ilusión te arrastra?
. . . ¿A dónde, poeta, vas…?
Sin brújula, sin timón.
sin quien te sepa guiar,
¿cómo llegarás al puerto?
¿cómo y cuándo volverás. . .?
al ver mi temeridad:
---¿Qué loca ilusión te arrastra?
. . . ¿A dónde, poeta, vas…?
Sin brújula, sin timón.
sin quien te sepa guiar,
¿cómo llegarás al puerto?
¿cómo y cuándo volverás. . .?
---Yo no voy a ningún
puerto
---les diré, por contestar. . . ---
¡Voy a merced de las olas,
por donde quiera el azar. . .!
---les diré, por contestar. . . ---
¡Voy a merced de las olas,
por donde quiera el azar. . .!
Y sonriendo junto al
mástil,
con una sonrisa audaz,
me iré sin rumbo, al acaso,
por la azul inmensidad. . .
con una sonrisa audaz,
me iré sin rumbo, al acaso,
por la azul inmensidad. . .
Me azotarán las
tormentas,
me embestirá el huracán,
me cercarán el silencio,
la noche, la soledad;
en mi galera de plata
las olas se romperán
con un rumor de tragedia
que iré dejando detrás. . . ;
y yo, impasible, sereno,
con loca temeridad,
proseguiré mi camino
por donde quiera el azar,
con mi bandera rebelde
pregonando libertad,
entre la furia del viento
y el ronco rugir de la mar. . .
me embestirá el huracán,
me cercarán el silencio,
la noche, la soledad;
en mi galera de plata
las olas se romperán
con un rumor de tragedia
que iré dejando detrás. . . ;
y yo, impasible, sereno,
con loca temeridad,
proseguiré mi camino
por donde quiera el azar,
con mi bandera rebelde
pregonando libertad,
entre la furia del viento
y el ronco rugir de la mar. . .